viernes, 14 de noviembre de 2014

Muerte y Resurrección del PJ


Dice don Antonio Gramsci que los partidos políticos "tienen vida", un ciclo histórico, y luego mueren. Esto se debe a que representan un actor social en un determinado modo de producción. Un ejemplo es la Liga del Sur de Lisandro de la Torre, que representaba a los pequeños productores y arrendatarios del sur de Santa Fe. Emparentados con la Federación Agraria, no obstante ello, eran "socios menores" del modelo agroexportador pampeano. No lo impugnaban, querían reformarlo para estar adentro. Jamás podría haber desplegado un programa industrialista. De esto hablo mucho y bien Rodolfo Puiggrós en su "Historia crítica de los partidos políticos argentinos".  Luego de la muerte de Yrigoyen, ya en plena década infame, cuando el ala conservadora de la UCR representada en Alvear "traiciona" y abandona el "abstencionismo revolucionario" para participar- y legitimar- el fraude patriótico se produce lo que se conoce como "la alvearización del radicalismo", que significa que ha dejado de expresar al movimiento nacional, que queda huérfano. La agrupación F.O.R.J.A. de Jauretche y Scalabrini Ortiz será el puente que pase la antorcha entre el yrigoyenismo radical y el peronismo.


Junto con la desaparición de una generación de dirigentes, la última dictadura militar también inició el ciclo de endeudamiento externo o modelo de valorización financiera y fuga de capitales, que junto con la apertura comercial implicaron la desindustrialización del país. Este fenómeno produjo un debilitamiento del movimiento obrero organizado, que con el paulatino poder de la estructura territorial partidaria fruto de las elecciones generales e internas, reconfiguró al movimiento peronista (muerto con Perón dicen algunos) en Partido Justicialista.
Esta operación oligárquica de "reorganización nacional" se completó en la década de los 90 con privatizaciones, convertibilidad y desempleo masivo. La economía conducía la política, la mística juvenil se refugió en el fútbol y el rock nacional, se gerenciaba la miseria con los punteros del "pejota".
Muchos se preguntaron cómo el peronismo en el poder pudo hacer exactamente lo opuesto al General Perón. Algunos vivos incluso desconociendo la doctrina peronista, las tres banderas, como si el peronismo fuera el poder por el poder mismo a lo Frank Underwood. ¿Menem leyó la caída del Muro de Berlín y el mundo unipolar que sepultaba la Guerra Fría como el grado cero de autonomía y margen de maniobra en el plano internacional? ¿Así como Alfonsín pacto la impunidad con los genocidas para garantizar la vigencia de la democracia, Menem "adoptó" el programa económico del Partido Militar para volverlo prescindible para la oligarquía? ¿Eso le permitió desfinanciarlo y el "Caso Carrasco" fue la ocasión para "sacarle las bases" de los conscriptos? Quién sabe. Lo cierto es que en esta segunda década infame, el "pejota" dejó de expresar al Movimiento Nacional. Entró en terapia intensiva. 

Resistencias por abajo, rupturas por arriba. Juventud, autonomismo y después....
Muchos grupos que resistieron al neoliberalismo abandonaron el rótulo "peronista" y pasaron a encuadrarse dentro del "nacionalismo revolucionario", siendo Quebracho el más destacado pero se podría situar aquí también a Patria Libre (hoy degenerado en Libres del Sur) y al FTV de D´elía.
Por otra parte, hubo rupturas mayores. En el plano sindical, frente al tándem entreguista de Barrionuevo-Los Gordos se plantaron la CTA de Abdala-De Genaro y el MTA de Moyano-Palacios por dentro de la CGT. En el plano partidario, Chacho y el Grupo de los 8 abandonaron el PJ para fundar lo que luego sería el Frepaso, que tuvo tan triste final orgánico.
Sin embargo, Néstor hizo de Santa Cruz su Kamchatka y resistió junto a Cristina por dentro del Partido, a las puteadas con la Rosada. A Cristina le hicieron sentir el rigor de su rebeldía, pero jamás abandonó el bloque.


En el plano juvenil se destacan dos factores. Primero el relanzamiento del movimiento de derechos humanos como frente de resistencia, simbolizado en la marcha del 24 de Marzo de 1996 de 100 mil personas y la irrupción de la agrupación H.I.J.O.S., que lideró simbólicamente (mas no orgánicamente) a su generación.
Por otro lado se despliega una nueva ideología resistente, a tono con la globalización, el zapatismo y el Foro Social Mundial: el autonomismo. En esta corriente se inscriben desde el MOCASE, la MTD Anibal Verón, colectivos de prensa como Indymedia o La Vaca.org; las fábricas recuperadas, H.I.J.O.S. mismo.
Sus máximas eran horizontalidad (no hay jefes, no hay líderes) y decisión por asamblea (consenso de ser posible), articulación en red a nivel nacional similar a un esquema federativo, independencia de estructuras partidarias y del Estado. Para entender este fenómeno, hay que contextualizarlo en la caída del bloque soviético (y del liderazgo del Partido Comunista en la izquierda) y la traición del PJ a la doctrina del peronismo. Cuando los líderes traicionan, mejor que no haya líderes. Corte de ruta y asamblea...


Pero un día llegó Néstor y todo cambió. A la re industrialización, le siguió una medianamente fuerte re sindicalización y con ello el control de la CGT de la línea combativa liderada por Moyano.
Los ex piketeros, hoy dirigentes de movimientos sociales, que representan a los trabajadores informales (ex desocupados hoy monotributistas o cooperativistas) se integraron rápidamente al movimiento, siendo losmás lúcidos D´elía por la rapidez y Pérsico por la profundidad, que fundó el Movimiento Evita y juega como ala izquierda por dentro del Partido Justicialista.
El partido sufrió una renovación dirigencial con hechos como el paso a retiro de la primera línea duhaldista en 2005 o la intervención a Juárez en Santiago del Estero. Tan sólo en las elecciones de 2007 hubo recambio de barones del conurbano en Quilmes, Lanús, San Martín y bastantes más.
La dirigencia se relegitimó, porque al haber recursos se demostró quién gestiona bien y quién no, revalidando muchos con porcentajes superiores al 55%. Siempre machaca sobre esto Wainfeld en Página 12.
¿Cómo evaluar esta revitalización del PJ? Si es verdad que no ha tenido una gran vida interna bajo el kirchnerismo, esto se debe a varias causas. La primera es que nunca dejó de ser "la herramienta" electoral del movimiento. ¿Qué significa esto? El movimiento peronista se despliega en la sociedad civil en las "organizaciones libres del pueblo" (agrupaciones) y éstas se articulan con el Estado en sus distintos niveles, principalmente los municipios. Así, un intendente es el presidente del partido a nivel municipal, y su agrupación lidera la interna teniendo en general mayor despliegue territorial. 
El conflicto por la 125 con el mal llamado "campo" desató un terremoto que dividió aguas con ese sector del PJ-CGT que se neoliberalizó en los 90. Se parte el PJ en el Congreso (Reuteman, Solá y compañía) inaugurándose lo que Verbitsky denomina peornismo opositor o PJ-Disidente, junto a su ala sindical Barrionuevo-Momo Venegas.
Otro factor es que Néstor mismo le dio poca vida interna al PJ, condicionándolo con la trasversalidad y el sindicalismo para poder conducirlo (recién asume en mayo de 2008 y renuncia en julio de 2009). No fue Cafiero habilitando internas. Tampoco pidamos cosas que no dimos. Sí se habilitó el juego con colectoras, listas espejo, testimoniales y demás, pero internas no hubo. Eso fue lo que llevó a Moyano a decir que "el partido es una cáscara vacía sin vida" cuando renunció a él en diciembre del 2011. Pero Moyano estaba (está) resentido y sigue siendo el PJ el que sintetiza las líneas internas del peronismo (gobernadores, intendentes, sindicatos, organizaciones sociales).
Todos los que daban por muerto al PJ en 2003 se han llevado una sorpresa. Néstor le inyectó vida, lo revitalizó. El aluvión juvenil que se desató con su muerte le dio proyección, y sumó al peronismo una camada que no trae los complejos a resolver de la transición entre el autonomismo y la verticalidad a la conducción. 

Néstor le demostró a Chacho y al Frepaso que la construcción es territorial y no mediática, y que la disputa es por dentro del Partido Justicialista. Pero no es menos cierto que a los dirigentes partidarios les enseño a gobernar. A no "chocar la calesita", a que cierren los números "con la gente adentro", a ganar autonomía frente al poder económico. A que haya recursos para distribuir, sin necesidad de vender las joyas de la abuela como hizo Menem. Se abre un período en donde "hacer la escuelita" (Intendente, Gobernador, Presidente) pone en valor al candidato, porque la experiencia de gestión, saber gobernar los conflictos en distinta escala da patente de líder.
Es en este marco que se impone lo que dice (cito de memoria) Martín Rodríguez:  "Quiero un Presidente que me diga cuál es su proyecto de municipios e intendentes que me digan cuál es su proyecto de Nación".
Frente a esto, y en plena interna, resurgen voces "antipj" y sobreactuadamente montoneras que parecieran querer llevarnos a una interna del FpV que enfrente por un lado a Scioli-PJ contra Taiana-UnidosyOrganizados, lo cuál sería una demencia senil. ¿O queremos volver a jugar por afuera, hoy que tenemos tantos espacios ganados por dentro? Transformarse en línea interna del PJ es el desafío de UyO y la misión histórica de la generación del bicentenario para que nuestro partido, que tiene el mayor despliegue territorial en el país, nunca más deje de ser la expresión del movimiento nacional. No hay que olvidarse del conflicto de la 125 como termómetro para discernir lealtades y traiciones.

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